Con la mirada puesta en el camino.

El joven artista José Miguel Guerrero y su primera exposición personal: EL MUNDO EN SOMBRAS Y LUCES.



Es gratificante cuando en algún lugar del camino descubres piedras de colores, hojas secas con formas caprichosas, o cuando por la playa la mirada baja hasta las conchas marinas que se ha traído la marea y se puede escuchar un canto encerrado en el caracol como cien fantasmas nocturnos… todo ello habla al espíritu cuando la sensibilidad está bajo la piel ya instalada en los ojos. Eso mismo sucede cuando descalzos por la vida desviamos la mirada de la cara menos amable del mundo y nos detenemos para observar tantos corazones cantando por ahí su magia tantos dones que nadie ha advertido ocultos en su capullo. “Lo esencial es invisible a los ojos” es una de mis frases favoritas (extraída de uno de los primeros libros que recuerdo haber leído: “El principito”) no se ni cuantas veces la he citado ¡ni me preocupa! porque verdaderamente quiero creer que puedo actuar en consecuencia.
Así, voy curioseando en los márgenes del camino para descubrir cual piedra brilla más, y sacarla a la luz para que todos la vean. Hace poco en una conversación una de mis alumnas del curso de pintura me dijo algo como: “no sólo eres una artista sino que también descubres donde hay uno”. Esa frase llenó mi corazón con un sentimiento inexpresable y no precisamente por lo primero (o por el halago implícito en la frase) sino por lo segundo, porque nada más maravilloso que toparse con gente interesante y además lograr aportar algo para iluminarles los ojos, aún en la oscuridad. Esa es, en mi opinión, una de las misiones del docente de arte; abrir caminos, lanzar flechas al aire para que se conviertan en pájaros.



José Miguel Guerrero, es uno de esos chicos emprendedores que una se encuentra por ahí sin previo aviso tiene 21 años y el ímpetu intacto de la juventud, a veces por decidido pasa por impulsivo pero indudablemente, a fuerza de insistencia y fe esta logrando sus sueños.
Admirables en él son su tenacidad y entusiasmo por el trabajo creativo el cual viene desarrollando no hace mucho tiempo, y sin embargo ya se respira en su obra el aire pleno de un lenguaje sentido.

José Miguel Guerrero

Lo conocí en la inauguración del primer Salón de Artes Visuales Gabriel Bracho en la galería de la Institución Mirandina de los Puertos de Altagracia (Municipio Miranda. Estado Zulia. Venezuela) hace dos años y desde esa primera participación su expresión plástica ha venido evolucionando de una forma bien interesante a mi modo de ver desde aquella primera obra amateur.

Pronto este joven estudiante de los últimos semestres de la carrera de Educación Integral, sintió el gusanito del arte y se empeño en seguirlo con curiosidad es así como comienza a recibir clases de dibujo y pintura en la Escuela Nacional de Artes Plásticas Julio Árraga en Maracaibo (de la cual está pronto a egresar) y aunque inconforme con lo académico, en los salones de la escuela de arte se ha impregnado su espíritu de la camaradería estudiantil y la buena vibra de sus profesores a la par de su experimentación plástica personal.

El pasado viernes 7 de este mes presentó su primera exposición individual El mundo en sombras y luces en la Casa Museo Gabriel Bracho de los Puertos de Altagracia -donde esta servidora es la coordinadora de eventos expositivos ad honoren- (pronto estaré publicando un especial sobre esa hermosa e importante casa museo).

El acto de inauguración fue cálido y emotivo con las sabias palabras de apertura de la directora de la Casa Laura Cardozo y la asistencia de un público selecto; artistas, gente amiga de la institución que aprecia el arte y las manifestaciones culturales en general así como familiares del artista. La nota musical estuvo en las voces de los Hermanos Palmar, agrupación de música folclórica que amenizo la velada.

La museografía de la exposición a cargo de Ángel Daniel Gutiérrez, museólogo y artista plástico.



Un interesante conjunto de obras entre pinturas y objetos intervenidos desplegó en la sala 2 de la Casa Museo Gabriel Bracho la aventura creativa que inicia este joven , que seguramente vislumbrará horizontes cada vez más promisorios (¡todo dependerá de que el gusanito siga ahí!).

Asomándose al ruedo de la creación con esta su primera exposición individual El mundo en sombras y luces, José Miguel presentó una propuesta que, como su titulo lo deja entrever, refleja una carga simbólica en relación con el concepto de dualidad: ying-yang, dia-noche, positivo-negativo: fuerzas opuestas que se repelen y se atraen. Dos caras de una misma moneda.



Temas como la precariedad del planeta y su destrucción por la mano del hombre, los conflictos internos del ser humano y la ansiedad por encontrarles una salida, mueven la sensibilidad de este creador que busca con recursos expresivos propios comunicar una idea de desolación y al mismo tiempo de esperanza, como la luz que se vislumbra al final de un túnel oscuro, o la calma que se respira al final de la noche tormentosa.

José Miguel se vale de rostros inconclusos, figuras fantasmales e inquietantes trazos primitivos y espontáneos a la manera de señales o marcas para recrear su mundo, ese claroscuro intenso y personal que se descompone en visiones enmarañadas o diáfanas de la condición humana. Predominan en su paleta los tonos telúricos; ocres, verdes oscuros, rojos oxidados, naranjas así como negros y grises, todos ellos, los tonos de su particular visión del mundo.

Asistimos pues, con la puesta en escena de este talentoso joven a una muestra de ferviente trabajo creativo y del camino que comienza a mostrarse ante sus ojos.

Queda abierta la invitación a todos aquellos que deseen conocer un poco más de cerca ese camino. Hasta el 22 de Mayo de 2010 permanecerá abierta la exposición.

Para ver más obras de José Miguel Guerrero o contactarse con él visite: http://josemiguelguerrero.artelista.com